Oleiros, 23/05/2009





Oleiros, 23/05/2009


También la sed de comprender
sed a paso de hombre
mientras la ciudad y su perfil de hormigón
se aleja en la bruma.

Hambre y sed,
conocer qué te quita el sueño
te rompe
te alenta,
sorprende las horas de tu día
con su persistente ardorosa presencia
mientras las calles y sus mil rostros
van quedando atrás.

Cruzo la ría,
se desdibujan tenues las casas de los hombres
al otro lado del mar
por entre los pinos
más allá de la silueta del castillo de Santa Cruz:
Oleiros,
callos a la gallega
el sol tratando de abrirse paso,
las condiciones de una hipoteca
las mujeres,
el mundo habitado por mujeres, también.

Cuesta entender un trabajo de la Naturaleza
tan complejo,
tan claro y luminoso:
cómo se decanta en la mañana
las pocas cosas que importan al hombre.

Anoche vi Cuatro minutos,
también aquello era difícil de entender,
la prisión, la música, el amor,
sentimientos que somos
y roban la serenidad.

¿Qué queremos comprender?,
¿nuestro amor, nuestra sed, nuestra hambre
nuestra desazón?;
mientras trabajamos
acaso nuestro cuerpo logra substraerse
a su fuerza gravitatoria,
pero es una ilusión,
aquella de la La cuestión humana
que sólo sirve para postergar el amor,
esa otra de La ley del deseo
que en la oscuridad de mi vivac
alumbraba nuevas razones
tras las que transcurre
nuestro congénito torpor para amar.

Tan torpes siempre,
nosotros, los hijos de la razón,
los deseosos amantes.

Y el mar estaba ahí como cada mañana
con su lienzo de niebla
mezclando en aguadas de plomo
la gastada luz del norte
tras las que surgía la ciudad gris
como una Atlántida fantasmal.



Las películas:
La ley del deseo. Almodóvar
Cuatro minutos. Chris Kraus
La cuesión humana
. Nicolas Klotz


1 comentario:

Marga Fuentes dijo...

Me gusta mucho cómo lo cuentas.
Y me encanta que hayas visto Cuatro Minutos. Me dejó pensando mucho cuando la vi.
Te sigo.
Un beso,