Junto a Garrucha, 26 de octubre
Cómo no,
hoy también el mar,
y una gaviota solitaria.
Sentado como un vagabundo
bajo el talud de la carretera
miro la inmensidad tranquila del agua
su monocorde y soterrado bramido
contra las rocas,
su lento descenso por la arena,
el atropellado empuje de una nueva ola
la longitud blanca y alborotada
con su ribete de nieve en el flequillo.
Atardece,
con una cerveza entre las manos
miro todo esto,
el mar,
la nieve encrespada e inquieta
la glauca oscuridad que empieza a cernirse sobre todas las cosas,
Mi cuerpo está tenuemente cansado
anduve muchos kilómetros
di la vuelta al mundo
terminé un libro que hablaba del arte de ser bueno,
de vivir,
de las tormentas,
de la belleza inefable de este mundo
de lo fácil que es perderse en las calles de la ciudad.
El protagonista pasa el verano en las montañas,
en una cabaña forestal
vigila el fuego
cuida de los bosques,
cuando llega el otoño regresa a casa
pero antes se vuelve hacia las montañas
hacia la cabaña
se arrodilla y les da las gracias,
ahora es un hombre nuevo
aprendió de los bosques, la nieve, la soledad.
¿Me arrodillaré yo
cuando termine este largo vagar junto al mar
para darle las gracias?
¿Gracias mar,
gracias montes,
gracias infinita soledad
que hoy me llena de nostalgia?
Un tenue bienestar
llega a mí
acunado por las olas
por un dulce cansancio
que me hace estar agradecido con el mundo.
Música que llenas mi vida:
gracias.
3 comentarios:
Gracias amigo a ti tambien , por hacernos soñar.
Hoy entro en los dominio de Cabo de Gata, quizás pueda llegar hasta Almuñecar. Saludos
Espero tu llamada.Desde Salobreña, el GR sigue hasta aqui por la orilla del mar, te esperamos.
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