¿Qué es lo que ocupa, ocupará un lugar importante en nosotros, quizás hasta el momento de la muerte, y qué será aquello otro que al paso del tiempo sólo percibiremos como un accidente en nuestra vida?
Sucede como si una gruesa parte de nuestra existencia caminara obcecada por la inmediatez de los asuntos del trabajo, aunque éstos sean tan de poca monta como dejar constancia en acta en una reunión, de cualquier irrisoria idiotez; los asuntos nos llevan con su carga de emotividad y apremio de aquí para ella, y nosotros, obedientes, nos sumergimos en sus aguas; y nos dejamos llevar durante meses y años por ellos; y necesitamos creer para mientras tanto dar razón de una parcela del porqué de la existencia, para poder huir así del vacío, para no tener que hacernos demasiadas preguntas, para vivir “felizmente”. Así se me aparece hoy una gran parte de esa enorme parcela de tiempo dedicado a
Naturalmente hay movimientos mejores y movimientos peores; y ya en ello no parece que haya mejor manera de pesarlos o medirlos que la persistencia emotiva de éstos en
Después se hizo de noche, La luna salió deslucida y perezosa envuelta en un refajo de nubes oscuras. El día siguiente sería volver a caminar por el otoño a cuestas con mi máquina fotográfica.
(Unas pocas fotografías de aquellos días)
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