Un podemita en la Ruta de la Lana


El Chorrillo, 8 de marzo de 2015

En unos días voy a despertar a este adormecido blog de los caminos y lo voy a poner a caminar a través de España, desde un punto al sureste del Mediterráneo hacia Burgos, y quien sabe si incluso hasta el mismo Cantábrico, que los caminos que marcan las guías, en este caso la Ruta de la Lana, no hay que seguirlos al pie de la letra. El caso es que voy a convertirme en peregrino una vez más, aunque en esta ocasión en un peregrino muy especial. La verdad es que si fuera creyente sería capaz de recorrer el millar largo de kilómetros entre Alicante y Santiago con la esperanza de que se cumpliera un deseo inaplazable, el de que el país donde se desarrolla mi vida pudiera llegar a ser un país normal, no tomado por una asociación para el crimen organizado como es el caso en esta sufrida España, una tierra tomada por la mafia de un partido político corrupto hasta las entrañas. Pero no, no soy creyente, y como la única posibilidad que veo de desmontar esta organización de ladrones que ha copado los medios como portavocía de sus mentiras y su corrupción es propiciar que los partidos de izquierda se hagan con el poder, en esta ocasión voy a ejercer de peregrino enfundado en una camiseta Podemos. He pensado que es un sencillo modo de airar esa ilusión que millones de españoles han puesto en el cambio. Además, pasear la esperanza del "sí se puede" es la única manera de no sucumbir al desánimo de seguir viviendo en un tierra carcomida en donde las sanguijuelas, miles y miles , chupan la sangre de todo el cuerpo social.
  


Los señoritos de Andalucía temen a Podemos, la gran banca teme a Podemos, el Ibex35 teme a Podemos, a los sinvergüenzas del PP les da pánico Podemos. ¿Por qué será? Sin embargo me voy hacia el sur con la incógnita de Podemos dentro de mí. En la encuesta de Metroscopia de hoy Podemos continúa en cabeza, pero se observa un pequeño descenso alarmante, junto a ello Pablo Iglesias, como líder, ha pasado a ocupar un puesto cercano a Rajoy, ese tétrico y patético personaje. El vocerío de los medios cercano al poder ha conseguido revolver las aguas hasta el punto de que la ilusión puede estar aquejándose de ese ruido mediático. No en Andalucía en donde la primavera aparece más avanzada que en el resto del país. No sé, el caso es que una leve tristeza corre por mi ánimo esta mañana. Se necesitan tantos votos, tantos, para cambiar radicalmente el país, que miedo me da que no haya una amplia mayoría para llevarlo a cabo.

En fin, la próxima semana me iré por ahí, por los almendrales en flor, por la primavera a punto de reventar; tocaré con las yemas de mis manos el mar y, volviéndole la espalda caminaré durante un mes siguiendo una ruta jacobea hasta toparme acaso con otro mar; esa afición mía de caminar de mar a mar; el pasado verano entre el Adriático y el Mediterráneo de Niza, el año anterior un par de veces entre el Cantábrico y el Mediterráneo; en esta ocasión entre el Mediterráneo meridional y el Cantábrico astur.

A veces uno no necesita más que una imagen para que en el organismo se desencadene una secuencia de acontecimientos que hacen posible que pase del adormilamiento invernal a una agitación de principio de primavera, un algo que lo puede llevar a la aventura de atravesar el país a pie, por ejemplo. Una de esas imágenes que me han podido ayudar a salir del adormilamiento pertenece al muro del amigo Manuel Coronado que días atrás había colocado allí el paisaje neblinoso de una madrugada que se abría frente al tren que él conducía hacia alguna lejana ciudad del sur. Bella profesión la de Manuel conduciendo un monstruo de hierro y acero a través del tegumento peninsular. El tren es la manera más grata de recorrer el mundo. En una ocasión, en Mauritania, tuvimos el privilegio de viajar en el tren más largo del mundo; tenía tres o cuatro kilómetros de longitud y atravesaba una parte importante del desierto mauritano. La impronta que dejan los viajes y los caminos son cosas que difícilmente se pierden en los vericuetos de la memoria.

El caso es que la foto de Manuel me dio un toquecito, me susurró al oído algo que ya venía oyendo yo por distintos conductos empujándome a despertar de la hibernación y empezar a mover mis miembros entumecidos. Así que uno de estos días atrás, entre las tareas de crear una web y un foro, un trabajo al que me había comprometido en alguna de las reuniones de un Círculo Podemos que habíamos creado en nuestra localidad, empecé a buscar mentalmente un itinerario para mis próximas andanzas; decidí que todavía era pronto para usar la tienda de campaña y busqué una ruta con posibilidades de alojamiento. La encontré en la Ruta de la Lana. Así que  en ello estoy, organizando tracks y mapas y preparando mi impedimenta para otra aventura. Mi blog se pone también en camino una vez más.

Original de Manuel Coronado



3 comentarios:

luisbas dijo...

Ante el atisbo de la primavera, la sangre. Coje velocidad y alimemta las ideas de nuevas aventuras, asi que .......Animo

luisbas dijo...

Ante el atisbo de la primavera, la sangre cojje velocidad y alimenta las ideas de nuevas aventuras, asi que .......Animo

Alberto de la Madrid dijo...

Gracias, Luis. Lo mismo digo: ánimo.