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Es la profunda alegría más severa que alegre, el extremo y pleno contento, más equilibrado que festivo. La facilidad nos marchita.
Decía Metrodoro que había en la tristeza cierta aleación de placer. No sé si quiso decir otra cosa; yo pienso desde luego que hay intención, consentimiento y complacencia en alimentar la melancolía. Hay cierta sombra de gula y de exquisitez que nos sonríe y halaga en el propio seno de la melancolía. ¿No hay acaso naturalezas que hacen de ella su alimento?
Montaigne, Ensayos
La verdad es que sí estaba ayer la sierra para ese tipo de reflexiones hacia la que apunta Montaigne. Sin embargo algo me despabiló, en medio de la niebla sobre la nieve dura que cubría el ventado collado Ventana y fue la inesperada irrupción del Magnificat de Bach en el MP3. Fue magnífico encontrarse con Bach en tales circunstancias. Ni un alma, todo silencio y un frío intenso acompañando esta música tan entrañable.
Mañana dormiré bajo otro cielo. Me voy a seguir el curso de la luna creciente en las lomas y costas de Fuerteventura.
La verdad es que sí estaba ayer la sierra para ese tipo de reflexiones hacia la que apunta Montaigne. Sin embargo algo me despabiló, en medio de la niebla sobre la nieve dura que cubría el ventado collado Ventana y fue la inesperada irrupción del Magnificat de Bach en el MP3. Fue magnífico encontrarse con Bach en tales circunstancias. Ni un alma, todo silencio y un frío intenso acompañando esta música tan entrañable.
Mañana dormiré bajo otro cielo. Me voy a seguir el curso de la luna creciente en las lomas y costas de Fuerteventura.
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