Hola, amigo




Playa de Guainos, 1 de noviembre 

Esta noche Venus deja su tibia estela sobre la mancha oscura del mar; tras la apoteósica despedida del sol que vino a morir dejando el cielo cubierto por los inflamados rescoldos del día que concluía, llegó la noche y el silencio, y con él las estrellas y la paciente adaptación del mar que esta tarde, saliendo de Adra, mientras el camino formaba balcón sobre la playa, era de un apacible azul sedoso. 

Bendito mar de nuevo después de caminar durante un día y medio por el duro asfalto, por entre bloques de viviendas y negocios, por campos increíblemente sucios. Tras ello fue agradable pisar de nuevo la arena de la playa; caminar algunas horas junto a las olas alivia mi cansancio. 




Definitivamente ha empezado a hacer frío. Esta mañana dejé mi vivac cuanto la primera débil luz del amanecer apuntaba por levante. Caminaba a oscuras por el estrecho pasillo que dejan los invernaderos, largos y angostos caminos que se cruzan perpendicularmente formando extensos laberintos como bocas de lobo a estas horas de la noche, cuando casi tropecé con un bulto a mi izquierda, advirtiendo en el mismo momento que era un hombre. Lo miré en la oscuridad. Sólo me salio un espontáneo hola. Él contestó con otro lacónico hola. Estaba sentado en el suelo, ovillado sobre sí mismo, con la espada en la pared. Era negro, tenía la cabeza cubierta con la capucha de una especie de chubasquero. Todo su cuerpo estaba acurrucado sobre sí mismo, como para protegerse del frío. Junto a él, apoyada sobre la pared, había una bicicleta. Probablemente su única pertenencia, el medio para ir de un lado para otro en busca de trabajo. Hacía frío, ya lo he dicho. Vivir pensando cada día si podrás comer algo para luego llegar a la noche e ir a acuclillarte en un rincón oscuro y aliviar el paso de las horas dormitando y sacudiendo el cuerpo aterido de frio. Jodía vida la de estos jóvenes. Más tarde, entrada ya la mañana, leería escepticamente las palabra de Unamuno que citaba Laín Entralgo: "La esperanza hace vivir, la posesión mata, por eso la desesperación no es mala, es la tierra abonada para la esperanza". Me dejó pensativo la presencia de aquel joven encogido de frío en la oscuridad junto a su bicicleta. Nada más salir a la carretera me crucé con muchos de ellos pedaleando en la semioscuridad con sus chalecos reflectantes. Eran negros, pero también los había de tez más clara, magrebíes probablemente. Algunos saludaban con un amistoso ¡Hola, amigo! mientras pasaban a mi lado pedaleando.



Recordaba después la melifluas palabra que había escuchado de paso mientras desayunaba en un bar días atrás en un debate en el parlamento. Tenía la palabra Rosa Díez y hablaba de las penalidades de los emigrantes como quien de paso da una pinceladas de pintoresquismo a su discurso para redondear un párrafo. Por alguna razón se dice en la Biblia no dirás el nombre de Dios en vano. Hacer uso de las desgracias de esta gente como maquillaje político es algo detestable y vergonzoso. 

No sólo hay inmundicia en esta derecha que nos toca soportar, también nuestras costas son a veces un auténtico basurero. Nunca en España vi tanta basura como hoy, nunca. Nunca. Cielos, en algunos lugares la costa se parecía al rincón más sucio de África, a los tremendos basureros de los alrededores de Calcuta o Bombay. Las zonas de la costa lindantes con los invernaderos, según me acercaba a Adra proveniente de Almería, es lo más sucio y guarro que he visto en los años de toda mi vida en España. Me propongo mandar al alcalde del término municipal de Adra una protesta por esta situación de inmundicia en que se encuentra esta parte de la costa. El texto del escrito dirigido al regidor municipal es el siguiente:

Señor alcalde de Adra: 
Llevo un año caminando por España y con el debido respeto le hago llegar la desazón que me ha producido pasar por la zona costera oriental de su término municipal. Me parecía estar atravesando lo más sucio que conozco de eso que llamamos eufemísticamente el tercer mundo. Sería deseable que se aplicara a esa zona a la que me refiero, desconozco si el resto del término municipal está igual de sucio, un nivel de limpieza acorde con los cánones de esa comunidad europea a la que pretendemos pertenecer.

Esta carta pública forma parte de un texto más amplio publicado en el blog:
caminarcadadia.blogspot.com.es/
en su entrada del uno de noviembre de 2013.
Atentamente, 
Alberto de la Madrid 




Creo que nada más por hoy, con el asunto de la basura no solamente se me cortó la leche, también se me quitaron las gana de escribir. El mar suena a mis pies en la solitaria playa de Guainos, a Dios gracias mucho más limpia que todo lo que recorrí esta mañana. Hubiera querido hablar de una gaviota destinada a morir que me encontré en la playa,  pero es demasiado tarde. Me dio pena, estaba viva pero no podía moverse, acaso tenía que haber hecho el acto de caridad de matarla. Buenas noches. 




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