La Alta Ruta de Gredos


El Chorrillo, 13 de febrero de 2017

Días atrás algunos compañeros de montaña del Facebook rociaban sus perfiles con el aroma de los recuerdos, precisamente de una casi legendaria ruta que con tanto entusiasmo recorríamos cada invierno en Semana Santa hace ya unas décadas; tiempos de cuando éramos jóvenes y trajinar por Gredos, hacer la integral del Circo, vivaquear junto a la Laguna Grande helada, subir el estrecho corredor que llevaba a la cumbre del Almanzor, o trepar por la pared del Perro que Fuma eran la materia de que estaban hechos nuestros sueños cada fin de semana que se aproximaba. Hablaban con emoción de la Alta Ruta de Gredos, una empresa señera que reunía a montañeros de toda España sobre la cordal que lleva desde los altos de la Sierra del Valle, el puerto del Pico, la Galana, el Circo de Gredos, hasta el valle de Bohoyo, el pequeño pueblo serrano que nos recibía al final de los tres días de travesía con la hospitalidad de la buena comida y el calor de haber cumplido un hermoso proyecto.

 Alta Ruta 1969. Camino de La Mira

Mi memoria de aquella Alta Ruta está hecho de retales, aquí o allá un recuerdo, una larga marcha por las lomas tras el puerto de El Pico, una noche heladora sobre la dorsal anterior a la Galana en que el techo de la tienda había condensado nuestra respiración convirtiéndolo en una plancha de hielo, una delicada travesía bajo Los Campanarios después de haber dejado atrás Los Galayos, un descenso con los esquís desde el Morezón por una pendiente de nieve que para un pato del esquí como yo imponía un respeto considerable. Un día en que el la hoya del Circo de Gredos se convirtió en un hervidero y en que era necesario esquiar sin ropa y hacer tenderetes con bastones y esquíes buscando un poco de sombra en el propio Circo cuando llegó la hora de la comida. Y a la mañana siguiente, cuando la luna y un sol hundido todavía en levante pintaban dos laderas, una pálida y amarillenta, otra de luz de amanecer, en medio de las cuales ascendíamos lentamente empujando nuestros esquís sobre una nieve polvo tendida en la oscuridad con su tenue color rosado. Las sombras devolviendo sus formas al paisaje incipiente que surgía de la noche y el silencio, hurgando en los huesos junto al frío punzante de la madrugada. Las piernas probando esas mañanas el sabor de las horas memorables, llana y admirable simplicidad de ese mundo blanco, inhóspito y tan bello. Las pieles de foca acariciando apenas la nieve con un ritmo preciso, siseante, matemático; los bastones dibujando círculos alternativos junto al camino. Lejos, delante, detrás, otros grupos que ascendían por el borde del alba. La fila alargándose hasta perderse en los promontorios superiores de la Laguna Grande. Hanpasado muchos años desde aquello, pero con cuánto calor los retiene todavía la memoria.

 Alta Ruta 1969. Gerardo Blázquez

Tras sobrepasar la Galana, ya con el sol rosando el manto blanco del delicado paso del Belesar, donde a veces era conveniente colocar cuerdas fijas para facilitar el paso, el callejón de los Lobos a la derecha, la fuente de Los Serranos más abajo, el mundo se volvía más humano, teníamos enfrente el larguísimo descenso de la garganta de Bohoyo, un valle blanco que pareciera perdido en algún remoto rincón del mundo. Al final Bohoyo se convertía en una fiesta donde comer un trucha tras otra alternada con largos sorbos de vino blanco era el placer de las grandes ocasiones. Mi última Alta Ruta no acabó en borrachera de milagro. El vino y las truchas me produjeron un bienestar tan reconfortante que me quedé sopa nada más subir al autocar. Las murallas de Ávila se veían en la ventanilla cuando desperté de mi modorra. Mi cuerpo era una cosa cálida y feliz mientras las montañas nevadas iban quedando lejos.

Busco en viejos álbumes de fotos algún rastro de aquellos días. Sólo se salvaron cuatro o cinco imágenes. En una aparece Gerardo Blázquez, en otra el Pichón, Enrique del Pozo; también Manolo, Javier Mayayo, Pedro Díez, alguien de quien no recuerdo el nombre. Alta Ruta de 1969, dicen los pies de foto. Los rostros se confunden en la memoria. 

Alta Ruta 1969. Pedro Díez, Javier Mayayo, Alberto de la Madrid, y ?

 Alta Ruta 1969. Manolo
 El Pichón (Enrique del Pozo). Alta Ruta 1969





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