L'Aiguille de Requin. Acuarela, junio 2022 |
El
Chorrillo, 11 de mayo de 2023
A
esta hora de la tarde debería haber estado instalando mi vivac en la cima de
Cabezo del Cervunal, allá por encima del Nogal del Barranco, a la izquierda. En
lugar de eso estoy aquí en casa, subiendo
Hoy no me encuentro bien, esta mañana había
empezado a hacer el macuto pero desayunando me sentí mal y tuve que desistir de
subir a hacer ese vivac que tenía en mente desde hace tiempo. No sentirme bien
es algo que me pasa desde hace días, un ligero mareo recorre mi cuerpo en
algunos momentos. Cuando no te sientes bien eres una mierda pinchada en un
palo.
Estaba
así leyendo cuando de repente me acordé de ese monte que aparece inconfundible
con su lomo perfectamente redondeado como una gran teta, cuando tus ojos, allá
por el Morezón o el puerto de Candeleda bajan de
El
símil me gusta, tiene mucho de real ese yacer entre los brazos de la montaña
las horas enteras de la noche, de hecho no es raro que me suceda despertarme en
mi vivac de piedra a altas horas de la madrugada y me vea aquejado por la
urgencia de alguna sugerencia de la imaginación que me invita al acto solitario
del amor. Nunca mejor aquellos versos de Juan de
Hace
semanas que falto a mi cita con las cumbres y esta tarde las echo de menos.
Echo de menos ese final del día, el caminar pausado, el sol virando hacia el
horizonte, las cumbres empezando a cubrirse con la calidez del atardecer.
Llegar a la cima con el sol a punto de esconderse, hacer alguna fotografía,
buscar un abrigo contra el viento, instalar el vivac y quedar allí detenido
como en medio de un pálpito esperando ver aparecer las primeras estrellas.
El
mundo se ve de distinta manera cundo uno no se encuentra bien. Algo ha
traspasado la normalidad en la que transcurren los días, ha perturbado esa
calma y ahora debo levantar barricadas contra el desánimo que me deja aquí con
el libro pesadamente en las manos y a través del cual intento abrirme paso a
otro panorama. Un pequeño esfuerzo y apenas sin darme cuenta abandono a la
cordada sobre la pared del Dru y ya estoy yo allí el pasado verano contemplando
la oscura mole de esta montaña desde mi vivac al otro lado de
Vivaquear
frente al Dru es vivaquear frente a un libro de historia, es hacer compañía a
Bonatti en su primera solitaria, es recordar a Carlos Soria y Antonio Riaño, es
reconocer a José Manuel y su compañero en
Los
ruidos, la música que sale de las entrañas de
Dejar
correr la memoria por las montañas de una vida, también ello el título de un
libro de Bonatti, fue en esta tarde un pequeño ejercicio frente a la indolencia
y el malestar. A falta de pan buenas son tortas, así está noche, cuando me vaya
a la cama, intentaré visualizar ese otro escenario desde el Cabezo del
Cervunal, por oriente la crestería del Almanzor, Ballesteros y
Cabezo del Cervunal desde el puerto de Candeleda |
2 comentarios:
A quien vas a votar en Serranillos
Buena pregunta (y difícil), pero seguro que ni a los analfabetos del pádel ni a sus palmeros, señor anónimo...:-)
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