Día 35. Hoy cumplo 77 tacos

 


Bochetta del Lago, 45,62547840°N, 07,93976426°E, 22 de julio de 2025

A esta misma hora, tal día  como hoy el pasado año, además de celebrar mi 76 cumpleaños, contemplaba un espléndido atardecer sobre la cumbre del Aneto. Me faltaban cuatro o cinco cumbres para completar mis vivacs en todos los techos de España, y pilló así sin darme cuenta. Fue a la altura de los lagos de Coronas que caí en que era mi cumpleaños. Después me alegré, porque en cierto modo era un buen aliciente, estando ya acercándome a los ochenta, el que pudiera celebrar años con tamaña ilusión y fuerza. Y es que por mucho que quiera ignorarlo la espada de Damocles de la edad no deja de estar presente, lo que te obliga a plantearte continuos interrogantes: ¿podré?, ¿seré capaz? Desde hace ya algunos años cuando se va acercando el verano siempre me surge la misma pregunta: ¿será posible todavía este año? Y cuando se acaba el verano y vuelvo a casa, el pasado año de dormir en las cumbres del Pirineo, otros años de vuelta de alguna travesía de los Alpes, la pregunta es de parecido cariz: ¿habrá sido mi última travesía? Este año la pregunta era todavía más insidiosa, por un lado el haber pasado por un cáncer y por otro que el verano anterior mis piernas se habían resentido mucho pese a las infiltraciones de las dos rodillas. El caso es que lo del cáncer pasó, aunque dejara alguna pequeña secuela, y lo de las rodillas me lo tomé tan en serio, algo así como dos horas días alternos de recuperación, rocódromo y alguna cosa más, que cuando llegó la hora de las infiltraciones deseché la idea, mis rodillas funcionaban tan bien que… Fue algo casi milagroso los resultados que los ejercicios de rehabilitación lograron. Ahora, subir subo bastante bien, sin embargo las bajadas, muchas veces de mil o mil quinientos metros de desnivel, las hago pisando huevos y con dolor, pero no pasa nada. Me he habituado. 


No fui nunca muy afecto a esto de los cumpleaños, una de esas rarezas con las que se nace o que se va fabricando de joven cuando uno pasa por el sarampión de cierta mal entendida progresía. Hoy no tuve cobertura para una videoconferencia con la family, pero me llegó un video muy bonito de ellos y alguna felicitación de amigos. 

Hoy, a falta de una cumbre en donde pernoctar, he tenido el capricho de dormir en un collado, la Bochetta del Lago, un dudoso gusto que veremos en qué para si el el viento sigue aumentando. El pasado año en el Aneto dormí en un corralito muy chulo a prueba de viento. 

También hoy tengo la sensación de un mundo por medio desde que comencé a caminar esta mañana. Eran las siete y media cuando salí y aquí estaba poniendo la tienda a las seis de la tarde. Solamente había parado en el refugio Coda el tiempo de la comida. 


Me hizo ilusión en el primer collado ver brevemente el macizo del Monte Rosa. Unos pocos minutos porque después me hundí en un valle y ya no lo volví a ver. De vez en cuando me entretengo intentando hacerme una idea de dónde estoy dentro del conjunto de la parte de Alpes que recorro, pero no es fácil. Los Alpes son muy grandes y el teléfono muy pequeño :-). Mis referencias hasta ahora eran el Monviso, el Gran Paradiso y la Val de Aosta, zonas que conozco. A partir de ahora el Monte Rosa y el Cervino los sustituirán. Hace un par de años que hice Chamoniz – Zermat – Dolomitas, atravesé el macizo del monte Rosa por el norte y de allí pasé al Bernina. Acercándome al monte Rosa tendré que abandonar la GTA y el Sendero Italia, que se van muy al norte, e investigar cómo sigo hacia el este sin repetir demasiados itinerarios anteriores


Llevo un par de días que las uñas de mis pies han empezado a cantarme, así que esta tarde me he tenido que someter a una larga sesión de pedicura. Mis pies merecen un cuidado que a veces demoro en exceso. Ya sufrieron bastante caminando estos días últimos bajo la lluvia. Si mañana o pasado hace buen tiempo les he prometido remojarlos un buen rato en un lago o riachuelo. A ver si les da un poco el aire también. 

Demasiado tarde. Más de las nueve y todavía no he cenado. Así que se acabó. 
























2 comentarios:

slechuga dijo...

Muchas felicidades Alberto, bonito numero el 77, me recuerda a la década Prodigiosa de los 70, una época transcendental en la historia de España y del Mundo. Y personalmente en la escalada, los mejor época que viví. Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Muchas felicidades!!!!!