Junto al Alto de las Becedillas, 11
de mayo de 2024
La última vez que pasé por aquí,
hace dos inviernos, venía de vivaquear en el Meapoco, una larga cabalgada entre
los altos del Belesar y los Cerros por encima de Navalguijo. Hace años que
guardaba el proyecto de hacer de una tirada entre el puerto de Casillas y el
puerto de Tornavacas, pero creo que a estas alturas ha pasado a mejor vida. Los
dos imponderables son el agua y principalmente los piornos de algunos sectores.
De hecho una vez que subí al Cancho con intención de llegar desde allí a
Cierro los ojos e intento recordar
si me he cruzado con alguien estos últimos años cuando recorría gargantas y
cumbres de todo Gredos y, si dejo aparte la zona del Circo y algo Cinco Lagunas,
creo que puedo contar con los dedos de una mano los encuentros. Nadie, siempre
la soledad más absoluta. Gredos no sólo tiene el cielo más limpio de todo el
país, al decir de mi amigo el Estrellero, tengo también la impresión de que son
las montañas más solitarias de España. Lo de siempre, hablamos de masificación,
pero habría que llamarlo de otro modo a esto que sucede en Peñalara y lugares similares.
La tendencia al gregarismo es tan formidable que siempre tendremos a nuestra
disposición lugares hermosos de nuestras montañas donde sólo las cabras y algún
que otro amante de la montaña transita.
La última vez que pasé por aquí me
llamaron la atención unos enormes hitos, altos entre dos y tres metros, que
jalonan el sendero hasta la misma divisoria de aguas. Hoy se aclaró el misterio;
lo encontré explicado en un cartel en el refugio anterior, el lugar donde se
separa en dos el sendero que baja de lo alto de la sierra. Allí un ramal, el
oriental, desciende a Bohoyos, mientras que, bajando, el otro se dirige hacia
occidente para alcanzar el pueblo de Navalguijo. En épocas el contrabando
atravesaba la sierra de Gredos por distintos lugares, el puerto el Pico, la
trocha Real de Candeleda o el puerto de Tornavacas, pero eran lugares vigilados
y de fácil tránsito, de manera que los contrabandistas terminaron por elegir
este paso, el más difícil y trabajoso de todos, pero el más seguro para sus
propósitos. Los grandes hitos eran señales seguras en caso de niebla o nieve.
Elogio habría que hacer de esta
gente que para ganarse un jornal emprendían tan duro trabajo. Una subida ardua y
costosa desde Navalguijo o Bohoyos, en torno a los
Cuando pateamos el amigo Cive y yo caminos,
no suele pasar ocasión en que éste me ilustre sobre un tema que le apasiona y
que ha estudiado a fondo especialmente en Pirineos, collados de montaña que han
pasado a la historia, tanto por razones comerciales como por motivos de
supervivencia en tiempos de guerra. Los Alpes conservan todavía a lo largo de
todo el arco un nutrido ejemplo de épocas pasadas en que las montañas fueron el
medio de vida de muchos lugareños que retaban al frío y soportaban calamidades
como medio de vida para alimentar a una familia. También las montañas fueron
una puerta a la libertad. Por encima del lago de Acherito en el Pirineo corre
un camino llamado Sendero de la libertad, que utilizaron los franceses
para huir también de guerras y persecuciones.
He instalado el saco de dormir de
modo que a través del vano de la puerta pueda contemplar las estrellas. Bajo
ellas, al fondo, se alza ese formidable conjunto de montañas de
Medianoche. Hora de dormir.
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